LO SIENTO

Aun no sé como es, a pesar de muchos intentos no logro conseguirlo,

es como la ausencia del vacío dentro del vacío mismo,

cierro los ojos maximizando los fenómenos naturales para comprender

el significado de aquella palabra que aun es un misterio para mí,

los pensamientos ambiguos de las personas me confunden,

procuro comprender que es eso a lo que muchos le huyen pero que

otros, como dicen algunos, son más valientes y van en su búsqueda.

En ese camino de la comprensión, indago acerca

del porque van en su búsqueda, no hayo respuestas,

quizás es porque no me escuchan, les hablo al oído y ni se inmutan,

¿Qué pasa?, veo muchas personas, no conozco a ninguna,

todos se abrazan entre si y lloran, deseo saber que es,

no logro entenderlo. De pronto detallo todo, encuentro un

objeto negro entreabierto, decido observar, quedo en shock…

- “soy yo” – pienso, - estoy dormido -. No lo siento, “¿siento?”

eso es lo que no lograba comprender, el sentir, recuerdo entonces

que antes de verme dormido era de aquellos cobardes que huían

de las sensaciones; ahora cuando mas deseo sentir no puedo,

he perdido la única oportunidad por miedo a algo que nunca sentí,

lo siento.

Pasillo

Pasillo finito por el cual camino,
buscando mundos infinitos,

pasillo agónico con luz mediocre y fuerte pesadez,
transito a través de ti sorteando paraísos oscuros,

pasillo estéril corro por encima de tu luz,
para escapar de tu absurda soledad.

Lunes

La noche carente de razón y abundante ensoñación comenzaba en medio de un silencio ensordecedor, silencio lleno de ruido mental habitando en cada una de las cabezas participantes de aquella reunión, cuyo comienzo fue la luz divagando entre sombríos pensamientos aclarados en el transcurrir de los lunes desoladores; de repente irrumpiendo aquel ensordecedor silencio he inducida por cuerpos pensantes ansiosos por soñar, canta la reja de entrada al recinto paradisiaco, soñadores tradicionales se ven cruzando el tenebroso portón, aquel portón también lo atravesaban misteriosos seres, uno de ellos robo fácilmente mi atención queriendo de inmediato encontrar salida de ese laberinto mental ajeno a mi "Minos" interno. Sin embargo no bastaba con un solo lunes para encontrar salidas, quizás basta con una semana de lunes eternos o un lunes continuado por seis días sin laberintos enfrascados entre pensamientos extranjeros.

Decido entonces afrontar el laberinto lanzando palabras significantes buscando una respuesta no muy distante de ese laberinto cautivante.

BUFÓN DE REYES

Vestido de bufón dorado buscas la aceptación de muchos, giras de un lado a otro arrastrando tus pies con suavidad, al mismo tiempo ondeas tu capa bicolor en un vaivén incesante buscando darle elegancia a tus movimientos.

Te impones sobre las partículas de roca tratando de demostrar poder ante mí, te acompañas de pequeños bufones cuyo protagonismo es nulo y caballos engalanados guiados con ímpetu por algunos que invaden mi camino.

Extravagante parafernalia que aterroriza aun más mi inmutable soledad, el círculo vicioso donde me encuentro sumergido aplaca mi ser, circulo del cual solo agonizante casi muerto podre salir.

Evito tu ridícula valentía, esquivo la muerte agobiante, busco una salida a este fatídico castillo, rescatar mi ilusión de tu sangriento deseo, caminar sobre el pasto al salir de este arenal.

Azotes de dolor golpean rítmicamente mi dorso, manchan con un rojo imborrable mi cuerpo, de repente un frio repentino destroza mi interior, mi cuerpo desfallece lentamente, pierdo virilidad a causa de tu cobardía, cortas mi equilibrio, caigo sobre el arenal, dejo de existir.

Los reyes festejan tu cobardía y protegen tu capital, tu castillo de naipes no ha de durar, pronto te veras con la realidad.

Corrientes

Acaricias personas, transportas aromas y omites sabores,

viajas sin rumbo a través de todo, a través de nada,

mueves persianas sucias, sucias por el polvo que alguna vez dejaste,

formas círculos concéntricos llenos de ira, llenos de calma,

dibujas arbustos, esculpes rocas, destrozas sueños,

trazas rutas, borras huellas, aplacas aves ficticias.

Tu extraño cantar opaca el silencio,

calas dolores eternamente, tornas efímera la felicidad.

Al otro lado de la coma

Alcanzaste mi límite, lograste algo que creí nunca lograrías,

demostraste suficiente desprecio cuando ya no te favorecía mi existencia.

En su momento me buscaste, buscaste en mi interior un cálido abrazo,

removiste mis entrañas, sensibilizaste mi exterior. Lograste encontrar

el apoyo que necesitabas, estuviste acompañándolo de forma paulatina,

no acercándote mucho para no involucrar sentimientos, evitando así la atadura,

pero tampoco alejándote demasiado como para que no se sintiera tu presencia.

La soledad te abandono y la compañía te abrumo, de repente te encontrabas

rodeada de sombras, pasaste a la diestra de la coma, ganando decimos para ti,

decimos que te hicieron olvidar aquel abrazo que mi interior te dio,

decimos, malditas decimos, te transformaron en aquello que quizás odiabas,

mi exterior sintió el cambio, busco olvidar su calidez,

pero mi interior se lo evito, comenzando así una lucha banal de luz y oscuridad,

lucha asediada por ambivalencias, lucha causante del desequilibrio de mi ser.

Más decimos a tu izquierda, mi equilibrio regresa, interior y exterior encuentran

que mi existencia ya no cuenta, en un instante cualquiera

te me diluyes entre las sombras, allí estas a la derecha,

pero acá ya comienzas al otro lado de la coma.

agudos, medios y bajos

Mueven sus manos de forma armónica al ritmo que le marcan los brazos de la experiencia. En un extremo están los pequeños que apoyados en el hombro y ajustados por la cabeza regalan ondas agudas generadas por movimientos suaves de las manos oscilantes, ondas que llegan hasta lo más profundo de los pensamientos. Detrás de estos pequeños se encuentran aquellos que sostenidos en la delgadez de su ser y de nuevo con un grupo pequeño de manos generan de manera coordenada ondas más fuertes, fuertes de espíritu, tan fuertes que llegan a mover la vitalidad del ser, resuenan constantemente en su interior. A su lado los perezosos van casi acostados, guiados de igual manera por manos que juegan sobre ellos, manos donde sus dedos brincan de hilo en hilo apoyándose de forma sutil, sobre ellos al mismo tiempo, se desliza otro hilo que empuñado delicadamente por una mano lo incita a producir ondas que quedan viajando en el aire, ondas que por sí solas tocan la superficie del ser; sin embargo las tres ondas unidas causan vibraciones inimaginables que evocan recuerdos, momentos y sentimientos para guardar en un rincón del recuerdo.